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comercial de la ciudad se ubica el Conrad, buscan una caminata tranquila junto al mar.
fundado en 1997 y con planes renovados, El trayecto desde la zona de amarre hacia
es uno de los polos de entretenimiento de el oeste permite apreciar el momento en el
la ciudad, con casino, shows en vivo y disco, que río se transforma en océano abierto, dad, en donde se agrupan galerías de arte, de las últimas playas del departamento de
y su playa Ovo, otra experiencia en la are- hacia la Playa Brava, rincones concurridos tiendas de ropa, negocios de antigüedades, Maldonado. Allí se puede disfrutar de la gas-
na. El eje comercial de la península, la calle por los surfers que llegan en busca de la ola restaurantes y bares. Luego de la caída del tronomía internacional de autor: Parador La
Gorlero, está secundada por su paralela, la ideal. La escultura de los dedos que asoman sol allí se reúnen quienes salen de compras o Huella –elegido en el puesto 17 del ranking
Calle 20, sede de las marcas internaciona- desde abajo de la arena marca el inicio de la buscan un bar para disfrutar del after beach. de San Pallegrino de 2015– espera con sus
les en la ciudad esteña. Esa zona, lindera al playa más concurrida por la mañana y me- También los jóvenes, que eligen ese punto sabores de mar sobre la playa, mientras que
puerto, guarda algunos secretos gastronómi- diodía: arenas más amplias, olas más fuer- para reunirse antes de ir a alguna de las fies- el chef Fernando Trocca prepara sus crea-
cos de todos los tiempos, como la heladería tes, agua más azul, el sol de frente y la isla tas que se celebran cada noche. Las playas ciones en Mostrador Santa Teresita, un take
artesanal Arlequino, el bar Moby Dick y el de Lobos a la vista forman el entorno de la de La Barra combinan paradores en los que away gourmet. La estancia Vik es una de las
restaurante Lo de Tere. El área del puerto Brava, que en los últimos años creció como disfrutar el día relajado con clases de depor- opciones para alojarse en un entorno de lujo
es también el que guarda las huellas histó- zona residencial con la construcción de va- tes acuáticos, como surf y kitesurf para los agreste en la misma playa, al igual que el club
ricas de la ciudad, bautizada como Puerto rios complejos, entre ellos la Trump Tower más osados. de mar Quartier José Ignacio y el flamante
de Nuestra Señora de la Canderia por el es- impulsada por el magnate estadounidense. De regreso a la ruta 10, algunos kilómetros Anastasio Playa, 24 habitaciones instaladas
pañol Juan Díaz de Solís en 1516: allí están La ruta 10, bordeando el mar agitado, todavía más al este, aparece Manantiales, entre las dunas y la vegetación costera de la
el faro –construido en 1860–, la Iglesia de conduce hacia La Barra, pueblo que nació zona de chacras marítimas y playas atracti- playa brava de José Ignacio. Más allá empie-
la Candelaria, fundada a principios del siglo como puerto de pescadores y que con el co- vas. Los ocasos de Manantiales cautivan: el za la zona de fincas y bodegas, la de Laguna
XX y con su distintivo frente color celeste, y rrer de las décadas se convirtió en un sitio sol se pone detrás de la península y la silueta Garzón y las playas de Rocha.
el Yatch Club de Punta del Este, institución imperdible para quien visita Punta del Este, de la ciudad contrasta con los colores vibran- Con sus rincones de siempre y sus aperturas
abierta en 1924. Con palmeras, una costa- con ritmo propio. Después de atravesar el tes que toma el cielo. novedosas, Punta del Este está siempre lista
nera con pasarelas e iluminación nocturna, icónico puente ondulado (llamado Leonel Con una combinación de estilo agreste y es- para compartir el encanto de sus playas, la
y la brisa que llega desde el agua, es un reco- Viera) que cruza el Arroyo Maldonado la pacios exclusivos está José Ignacio, a 40 kiló- amabilidad de su gente y la exclusividad de
rrido elegido por runners y también quienes ruta se convierte en calle principal de la ciu- metros de la ciudad de Punta del Este y una sus encuentros.
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